El litigio, tradicionalmente un pilar y fuente de ingresos en la práctica legal, se define de manera estrecha como las disputas que recurren al proceso judicial y, de manera más amplia, como cualquier proceso formal de resolución de disputas que involucre derechos legales. Esta definición abarca desde investigaciones internas y gubernamentales hasta arbitraje, mediación y procedimientos regulatorios y administrativos.
Históricamente, los abogados han considerado la resolución de disputas, junto con la redacción de contratos y otras funciones legales, como un derecho inherente a su profesión. Esta perspectiva refleja un enfoque centrado en el abogado, artesanal y de fuerza bruta hacia las disputas, y denota cierta arrogancia en la mentalidad de la profesión legal, que distingue entre "abogados" y "no abogados". El litigio, caracterizado por ser prolongado, arcaico, opaco, ineficiente, costoso y centrado en el abogado, ha beneficiado más a los profesionales del derecho que a sus clientes y a la sociedad en general.
La Perspectiva del Cliente sobre el Litigio
La infografía adjunta ofrece una visión general del estado actual del litigio, revelando por qué es tan problemático para el mundo empresarial. El gasto global en litigios sigue aumentando, acercándose a los $1 billón de dólares anuales, con Estados Unidos representando casi la mitad de este total. El litigio constituye el 40% del gasto legal corporativo. Además, es un proceso largo; el caso promedio se extiende por 3 años, y la mayoría se resuelven, a menudo justo antes o durante el juicio. El proceso de descubrimiento, especialmente el eDiscovery, resulta costoso y laborioso, con solo el 0.01% de los documentos producidos durante el descubrimiento utilizados finalmente en el juicio.
El litigio no se alinea bien con las necesidades de los negocios en la era digital, y está experimentando un cambio impulsado no por una epifanía dentro de la profesión legal, sino por la demanda de la alta dirección de que la función legal opere de manera similar a otras unidades de negocio y colabore en la creación de valor. El nuevo rol de la función legal es defender proactivamente a la empresa y generar valor tanto para la empresa como para sus clientes. El enfoque tradicional del litigio no es adecuado para la era digital, lo que nos lleva al concepto de litigio digital, un enfoque centrado en el cliente para la evitación de disputas y la resolución temprana.
El Litigio Digital: Prevención y Detección Temprana.
El litigio digital, al igual que otros riesgos corporativos, se enfoca en la prevención y detección temprana. Las empresas buscan evitar el litigio y, cuando es inevitable, desean una resolución temprana y rentable, basada en la recopilación rápida de documentos y datos relevantes para una evaluación informada. El litigio digital reemplaza la inevitabilidad del litigio tradicional y su prolongado ciclo de vida con estrategias de prevención y resolución temprana.
A diferencia de otras áreas de riesgo corporativo, que se centran en la detección y prevención proactiva, el litigio ha mantenido un enfoque reactivo. Por ejemplo, en ciberseguridad, los Directores de Seguridad de la Información (CISO) invierten la mayoría de sus recursos en medidas proactivas para bloquear y detectar riesgos, en lugar de responder a ellos. En contraste, los Directores Legales y sus equipos dedican más tiempo y recursos a responder a disputas que a prevenirlas. Esto se debe en parte a que los abogados están entrenados para evitar errores, no para innovar.
Existen herramientas, procesos y una demanda creciente por parte de los clientes para transformar el proceso de litigio heredado en uno proactivo y centrado en el cliente. La resistencia de los abogados al cambio, alimentada por el miedo a la obsolescencia y la amenaza a su modelo económico, así como una percepción errónea sobre la confidencialidad de los datos, es el principal obstáculo.
El Litigio Digital como Parte de una Transformación Más Amplia
El litigio digital es un componente de la transformación digital, un cambio tectónico en la dinámica de compra-venta en todas las industrias. En el mundo digital, los clientes son el foco principal, y una experiencia excepcional del cliente de principio a fin es el objetivo. Esto implica reimaginar la evitación y resolución de disputas desde la perspectiva del cliente.
La tecnología y los datos son fundamentales tanto para la transformación digital como para el litigio digital. Herramientas como la inteligencia artificial, Big Data, minería de datos y análisis avanzados son esenciales. Además, el elemento humano es crucial, incluyendo el cambio cultural y de procesos, la colaboración, equipos ágiles y diversos, y la mejora de habilidades.
Ingeniería Inversa de los Objetivos del Cliente
El litigio digital comienza con la ingeniería inversa de los objetivos y metas del cliente. Esto implica preguntar cómo se puede evitar el litigio y, cuando ocurre, cómo resolverlo de manera rápida e informada. Existen herramientas, talento y procesos para lograr esto.
El litigio digital se basa en la prevención. Aunque no siempre es posible evitar el litigio, establecerlo como una métrica clave de éxito puede reducir su volumen. La prevención del litigio se logra a través de la identificación proactiva de comportamientos de riesgo, el uso de IA para crear herramientas de autoayuda, la minería y análisis de datos para la identificación y mitigación de riesgos, y el uso de plataformas para una visión integrada del portafolio de litigios.
El Futuro del Litigio Digital
El litigio digital no eliminará a los litigantes, pero sí reducirá su número. Los abogados con habilidades y juicio diferenciados seguirán siendo valiosos, especialmente cuando tengan acceso rápido a documentos y datos relevantes en las etapas tempranas de una disputa. Esto les permitirá formular estrategias de caso más informadas y acelerar la resolución.
El litigio digital será menos centrado en el abogado y más en tecnólogos, analistas de datos, estadísticos y profesionales legales
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